jueves, 19 de enero de 2017


No nos gusta el calor. Mi hija y yo esperamos que llegue la noche para sentir la brisa en el patio. Hace trescientos, cuatrocientos años,  esperamos, todos los días, que llegue la noche.  Nos sentamos sobre las sillas de hierro, miramos las estrellas, decimos qué lindo se respira ahora y preparamos un café pequeño para llamar al otoño. En eso consiste el paraíso.

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