miércoles, 11 de mayo de 2016


Podría ser que todo comienzo
nos enseñe a despedirnos.
O al revés.
Yo aprendí la forma en que la tarde,
la primera tarde verdadera,
se ponía linda para irse.
Parecía una tarde que no iba
a terminarse nunca.
Pero sí: de pronto
nos encontramos con la noche.
¿Cuál era el miedo?
Creíamos que era el final de todo
pero nos expulsó la noche de los brazos 
y sin pensarlo acá seguimos, vivos.





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