domingo, 29 de septiembre de 2013

Un jardín negro, que parece infinito,
al menos para mis ojos.
No estoy hablando de la noche.
No, no me refiero a la noche.
Estoy hablando de un jardín donde pasear
un sábado a la tarde, un domingo de sol,
un lunes si es feriado.
Estoy hablando de un jardín que existe,
si es que de verdad existen los jardines.
¿Creés en los jardines verdes?
¿Y en los jardines planificados
 con frío de ciclamen? ¿Creés?
¿Y en los patios traseros de las casas
que simulan jardines? ¿Creés?
¿Creés en la felicidad de los jardines?
¿En el temblor de amor en los jardines?
¿Y en la memoria de los jardines negros?




No hay comentarios:

Publicar un comentario