lunes, 9 de septiembre de 2013

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Como si el mundo hubiese terminado
o faltase para siempre toda el agua,
como si el clonazepam se te hubiese vuelto sangre
y caminaras
arrastrando tu cabello por el barrio,
vas por ahí
y no te acordás nada.

Nada.

Nada más que la palabra cáncer
y tu nombre.