jueves, 22 de agosto de 2013

Voy a plantar una retama cerquita de la ventana que abro cuando escribo.  Una retama como un sol de tierra. Un sol donde el viento entre y mueva las ramas y las flores amarillas. Tengo memoria de retamas y a mí siempre me está faltando el aire. Debe ser por eso que amo al viento. No hay nada más triste que una planta quieta.